miércoles, agosto 27, 2008

"Ud. no sabe nada de liberalismo señor Humala"

Arturo Caballero

La semana pasada sintonizaba el programa de Rosa María Palacios en el que entrevistó a Ollanta Humala. Como siempre que lo invita, Rosa María se las ingenia para provocarlo o hacerlo caer en contradicciones. La parte que más llamó mi atención y la que tomo como pretexto para este post es cuando Humala mencionó que los neoliberales piensan que todo se soluciona con el mercado. Al parecer, la Palacios se sintió aludida, ya que de inmediato quiso descalificar a su entrevistado con un contundente "Ud. no sabe nada de liberalismo señor Humala".

Es conocido para la mayoría de televidentes que Rosa María es una liberal, pero, a diferencia de Aldo Mariátegui o Jaime de Althaus, es más consecuente con un liberalismo que integra lo político y económico, mientras que los anteriormente mencionados consideran, como bien lo dijo Humala, que el libre mercado es el remedio para todos los conflictos sociales. La Palacios en varias ocasiones ha hecho referencia a la importancia de la defensa de los derechos humanos, del estado de derecho y el informe de la CVR por mencionar algunos casos. Estos temas están ausentes en la agenda de muchos que se reclaman liberales pero que en realidad son ultraconservadores políticos y acérrimos defensores del libre mercado; que consideran prescindibles ciertos derechos y que abogan más bien por la "mano dura", el orden y la represión.

Algunas reflexiones. Humala ha ido moderando poco a poco su discurso para zafarse de la etiqueta de candidato antisistema y de opción de "salto al vacío". Esto que resulta evidente, se nota al momento en que lo entrevista la Palacios u otros periodistas políticos. Aparentemente, sus asesores lo estan orientando en cuestiones básicas de políticas, economía y sociedad. La distinción sutil que hizo entre crecimiento y desarrollo fue comentada en extenso por varios analistas quienes confirmaron que, efectivamente, se trata de nociones distintas y no necesariamente correlativas en sus resultados. Otra muestra la dio el ex candidato del Partido Nacionalista al distinguir liberalismo de neoliberalismo y ¡oh, sorpresa! referirse a La riqueza de las naciones y a Adam Smith como un liberal en contraposición a los neoliberales. "El liberalismo tiene sus valores, eso lo saben aquellos que han leído a Adam Smith".

Desde aquí no podemos verificar si Humala leyó ese libro fundamental de Smith o La teoría de los sentimientos morales del mismo autor. Sin embargo, la alusión a un liberalismo con valores no dista de lo que el liberalismo clásico postula: las libertades económicas son inseparables de las libertades políticas. De alguna manera, Humala soltó una distinción que merece ser discutida ampliamente en este momento de "perros del hortelano" y "reformas del alma": que NEOLIBERALISMO Y LIBERALISMO SON NOCIONES TOTALMENTE CONTRAPUESTAS. Gonzalo Gamio lo sintetizó mediante la fórmula NEOLIBERALISMO = LIBERTADES ECONÓMICAS - LIBERTADES POLÍTICAS. Queriendo o sin querer, Humala puede estar iniciando un debate que es necesario para que no ocurra esto de que "todos los gatos son pardos", o sea, que neoliberales pasen por liberales.

Lo curioso es que Humala lo haya mencionado frente a la Palacios, quien no debió "picarse" sino más bien ilustrar (como suele hacerlo cada vez que se deleita con entrevistados poco preparados) las diferencias entre ser neoliberal y liberal. Al espetarle que no sabía nada de liberalismo, Rosa María mostró cierta intolerancia y perdió la oportunidad de aclarar el malentendido.

¿Qué tienen que decir los entendidos en el tema? Espero que los bloggers (liberales, neos, conservas, zurdos y demás) se animen a participar.

martes, agosto 26, 2008

Cecilia Valenzuela y la izquierda peruana

La obsesión de Cecilia Valenzuela


Arturo Caballero

Cecilia Valenzuela acostumbra agotar ciertos temas hasta el hartazgo. Durante el gobierno de Toledo trató tan extensamente cualquier exabrupto presidencial que más bien parecía algo personal entre ella y el matrimonio Toledo que una fiscalización periodística seria. Después durante la última campaña presidencial, lo mismo que la gran mayoría de medios de comunicación, se encargó de brindarle cobertura gratuita a Ollanta Humala, al punto que mientras más lo atacaba, más airoso salía el candidato del nacionalismo; y si llegó a la segunda vuelta, en buena cuenta fue por el efecto victimizador, responsabilidad de los principales periodistas que lo criticaban.

Anoche, la Valenzuela se extendió en una reflexión acerca de la crisis en la selva por motivo de la ley que modificaba el sistema de decisión entre las comunidades indígenas para la cesión de sus tierras a posibles inversionistas. Como suele hacerlo, tanto en el Arequipazo, como en el Moqueguazo y en cualquier protesta, la conductora de La Ventana Indiscreta ve comunistas organizados detrás de las marchas. La izquierda es para ella, la responsable del proyecto desestabilizador de la democracia y de las peores desgracias ocurridas en nuestro país. Llegó a afirmar que las comunidades indígenas son artificiales, puesto que se crearon por decreto durante la dictadura del general Velazco Alvarado. Es decir, para Valenzuela el carácter comunitario, el trabajo solidario y de mutua asistencia que caracteriza a las comunidades indígenas solo existe en nuestro país desde que Velazco lo dispuso. Ignora que el colectivismo es un rasgo característico de tales comunidades frente al cual no se tiene que oponer directamente el modelo liberal (individualista definición) en su versión más extrema (la neoliberal) sino que se debe entender que un modelo que superponga al individuo por sobre la colectividad corre el riesgo de atomizar a la sociedad al desintegrar, precisamente, la libre asociación de sus miembros que comparten iniciativas grupales. Aquellos que critican el colectivismo indígena como un rezago de arcaísmo ignoran que las sociedades modernas más desarrolladas defienden no sólo la libertad individual, sino también la participación organizada de la sociedad civil, lo que a final de cuentas es un colectivo. ¿Qué son entonces sino los colectivos de género, raza, religión o política?


De otro lado, agregó que los intelectuales socialistas que asesoraron a Velazco (antropólogos, sociólogos, etc.) fueron los responsables del problema que ahora el Ejecutivo intenta resolver: la consideración de los nativos como buenos salvajes que deben permanecer así sin contacto con la civilización. El error en el que incurre CV es que siempre en sus comentarios es la izquierda un bloque homogéneo, bien organizado y con propuestas capaces de desestabilizar la democracia. Se fija solo en la izquierda cavernaria, retrógrada y para nada autocrítica con el terrorismo, pero no toma en cuenta a la otra izquierda moderada, intelectual, ética y comprometida con los derechos humanos y con la discusión de lo que significó el conflicto armado interno y la dictadura de Fujimori y Montesinos. No, para ella todos están en el mismo saco, sin matices ni diferencias; es decir, a su modo de ver pareciera que Susana Villarán, Ollanta Humala y Ricardo Letts están en la misma orilla política. Cuando preguntó a Vargas Llosa acerca de la izquierda recibió una respuesta inesperada: el autor de La ciudad y los perros dijo que admira a aquella izquierda ética y progresista que en el primer mundo se acerca al libre mercado y ya no enarbola la violencia como un medio para tomar el poder. Tal respuesta dejó tan descolocada a CV que no atinó a indagar más en ello para no contrariar a su invitado.


Y es que parece que para CV la izquierda que tanto teme, aquella de Patria Roja, el FOCEP, MNI y sus eventuales aliados etnocaceristas, representan una amenaza inminente para la democracia. En esto también se equivoca. Detrás de las protestas del Arequipazo, el Moqueguazo, el Andahuaylazo y de la Amazonas, no existe un aparato partidario de aquella izquierda que tanto teme CV. Esa izquierda hace tiempo que feneció en sus propios errores. Esta en otra parte pero menos allí donde dicen que amenaza al sistema. ¿Eran los miles de pobladores de Moquegua activistas organizados y/o adoctrinados de la vieja guardia comunista? De ninguna manera debemos confundir protestas sociales con proyectos de revolucionarios de izquierda como tampoco pensar que toda propuesta de izquierda se concreta a través de la violencia. Así como muchos intelectuales de izquierda no deslindaron postura frente a Sendero Luminoso, también hubieron otros que abiertamente zanjaron distancia de ellos tales como Salomón Lerner, Henry Pease y Enrique Bernales.

CV debe renovar sus lecturas políticas y de realidad nacional para brindarnos análisis menos superficiales y más sustanciosos en ciertas materias y ya no recaer en los mismos tópicos antiizquierdistas a los que nos tiene acostumbrados diarios como Expreso, La Razón y Correo.

viernes, agosto 22, 2008

VII Encuentro Nacional de Escritores "Manuel Jesús Baquerizo"

Centro Cultural de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga
CCUNSHC- Ayacucho
Gremio de Escritores del Perú - GEP

VII ENCUENTRO NACIONAL DE ESCRITORES
“MANUEL JESÚS BAQUERIZO"
Ayacucho, 5 – 8 de noviembre de 2008.

SEDE:
Ciudad de Ayacucho - Centro Cultural de la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga – Portal Unión Nº 37- Plaza Mayor de Huamanga

TEMARIO:
Literatura peruana en el contexto de la globalización
Literaturas regionales
Poesía, narrativa y teatro peruanos
Literatura andina
El rol del escritor en el contexto de la realidad nacional

ACTIVIDADES:
Conferencias en instituciones educativas
Conferencias magistrales
Ponencias
Talleres
Presentaciones de libros
Recitales
Feria del libro
Noches culturales
Tour turístico
Distinciones y certificación
Clausura

INSCRIPCIONES:
ccunsch@gmail.com
Centro Cultural de la UNSCH - Ayacucho

gremio_de_escritores@yahoo.es
Gremio de Escritores del Perú

Jalla Santiago 2008




Arturo Caballero Medina
acaballerom@pucp.edu.pe

La presente edición de Jalla 2008 ha congregado a diversos especialistas en los estudios literarios latinoamericanos de todo el mundo. Desde Perú llegaron Daniel Matthews (San Marcos),Carlos García Bedoya (San Marcos), Enrique Rosas Paravicino (UNSAAC) y Eduardo Huarag (PUCP). No llegaron Dorián Espezua, Yasmín Lopez Lenci, Marcel Velásquez (San Marcos) y Nécker Salazar (Villarreal). Sin embargo, llegaron ponentes peruanos provenientes de Canadá y EEUU, tales como Ricardo Montoya (Western Ontario), Augusto Voysest (Beloit College, EEUU) y quien escribe esta nota por la PUCP. La organización del evento recayó en el connotado crítico chileno Grinor Rojo quien asumió el reto de reivindicar a la ciudad anfitriona luego de que la edición anterior en Santiago no tuviera la acogida esperada.

Mi ponencia titulada "La democracia liberal, el Arequipazo y el rol de los intelectuales en el Perú" fue programada para el lunes 11 en la segunda mesa que trataría sobre "La democracia en América Latina". La ponencia tuvo una buena recepción de parte del auditorio a pesar de que los sucesos del Arequipazo fueran totalmente desconocidos para los asistentes chilenos, venezolanos, argentinos y brasileños (estos últimos conformaron la delegación más numerosa). Esta distancia acerca del tema me obligó a contrastar los conflictos sociales peruanos con lo de Bolivia, Ecuador y Venezuela, lo cual surtió efecto ya que aproximó a los asistentes a un realidad compartida por todos los latinoamericanos: por qué en momentos de aparente auge económico en algunos países latinoamericanos susbsite la desigualdad y la pobreza y son más frecuentes los conflictos sociales. La ponencia que más que agradó sobre todo por su didactismo y amenidad fue "Poder político y saber académico" de Bernardo Subercasseaux (Universidad de Chile) que giró en torno a los contenidos de los seminarios sobre política y sociedad realizados en Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet. Aquella dictadura no solo estuvo avalada por la fuerza sino por cierto discurso investido de academicismo que intentaba justificar la restricción de las libertades individuales, políticas y sociales, en aras del orden interno y la seguridad nacional. Subercasseaux explicó muy bien cómo ciertas nociones como la libertad de prensa y derechos humanos son desestimadas por los regímenes autoritarios al amparo de determinado saber académico que lo refrenda.

Luego de mi intervención y debido a una breve alusión que hice sobre los medios de comunicación en Venezuela, fue que la profesora Gabriela Iturriza (venezolana que cursa estudios de doctorado en Canadá) me preguntó acerca de la correlación de aquellos hechos con la realidad peruana. Acoté que los dictadores de hoy no son como los de antaño: ya no pretenden tomar el poder mediante un golpe de estado sino que llegan a él por las urnas. Y ya aprendieron también que tomando el control de los medios aseguran su influencia en la opinión pública. Solo que mientras algunos lo hicieron muy hábilmente como Fujimori y Montesinos, Chávez puso en movimiento todo un aparato estatal y mediático que internacionalmente lo desprestigió mucho y que, no obstante, generó toda una corriente de respaldo en los países cuyos gobernantes son próximos a Chávez como Ecuador, Bolivia y Nicaragua.

Devolviendo la atención prestada por la profesora Iturriza, asistí a su mesa al día siguiente cuya ponencia "Discurso presidencial, prensa caraqueña y reformas constitucionales" trató sobre el rol de los medios de comunicación en Venezuela en los momentos actuales de evidente intervención y presión del régimen chavista. Igualmente interesante estuvo la ponencia "El femicidio según los medios de comunicación chilenos: otra forma de violencia contra la mujer" de Claudia Lagos quien a través del análisis del discurso y de los estudios de género nos brindó un análisis de las noticias periodísticas vinculadas a crímenes contra mujeres. Claudia mostró cómo la gravedad del crimen se atenúa mediante determinados calificativos y cómo también se invisibiliza a la víctima, lo cual consiste en otra forma de violencia contra la mujer en la medida que no solo se desvirtúa la agresión contra ella, sino que se le imprime una mirada que imposibilita reconocer que existe dicha agresión.

Al iniciarse la ronda de preguntas, Gabriela Iturriza cedió la palabra a la profesora Daniuska González para que respondiera la inquietud que yo plantee acerca de si existía en Venezuela una resistencia intelectual o artística contra el poder chavista. La respuesta de Claudia fue contundente: no la hay, ni siquiera en los espacios que tradicionalmente mantuvieron una postura crítica frente a otros gobiernos, como es el caso de la UCV (Universidad Central de Venezuela). Agregó que el caso venezolano es muy peculiar ya que no puede ser catalogado como “dictadura” o “democracia”: ¿puede ser lo un gobierno que llegó al poder mediante las urnas y que goza de respaldo popular? Sin ánimo de avalar a Chávez, lo cierto es que desde afuera parece más sencillo etiquetar la realidad venezolana; sin embargo, Daniuska nos explicó detenidamente las razones por las que en Venezuela las cosas aun no están tan claras: no existe una teorización sobre el “socialismo del siglo XXI”, frecuentemente mencionado por Hugo Chávez para referirse al proceso revolucionario en su país. Esto pareciera ser más un esfuerzo gaseoso por darle forma o nombre a un proceso que nada tiene que ver con el nuevo socialismo del siglo XXI (socialdemócrata, moderadamente liberal y respetuoso de los derechos humanos e individuales).

Otra ponencia que me agradó fue la del profesor sanmarquino Carlos García-Bedoya titulada “Hacia un nuevo humanismo. Por una epistemología dialógica intercultural” en la que se cuestiona el frecuente ninguneo de parte de la academia norteamericana y europea por los estudios en ciencias sociales realizados en América Latina. A ello contribuyen, en parte, la gran cantidad de información disponible en inglés, lo que obliga a muchos investigadores europeos, asiáticos y latinoamericanos a escribir en la lengua de Shakespeare para asegurar mayor difusión a sus trabajos. Esto redunda en la progresiva marginación de los trabajos publicados en español y portugués que siendo igualmente valiosos, no llegan a ser integrados a las comunidades académicas con la misma velocidad de las publicaciones en inglés. Otro motivo consiste en la masiva cantidad de investigadores que consolidan sus trabajos en las universidades más prestigiosas de EEUU y Europa, pero que pierden distancia de la agenda de investigación de su localidad al insertarse en los planes establecidos por los departamentos académicos del primer mundo. Al preguntarle sobre la necesidad de una teoría literaria latinoamericana, el profesor García Bedoya se inclinó más por la constitución de un diálogo equilibrado entre lo que hacemos aquí y lo que se hace allá, puesto que mientras subsista el ninguneo, todo aquello que se produce en nuestras comunidades no circulará más allá de nuestras fronteras. No se trata entonces de buscar una esencia epistemológica latinoamericana, sino de enriquecernos con los aportes que provengan de afuera, pero sin perder de vista nuestra propia agenda de investigación.

En fin, dar cuenta de todas las ponencias a las que asistí no cabría en este espacio. Simplemente, debo resaltar que la organización del evento estuvo a la altura de las circunstancias y que la mejor de las mesas de Jalla, además de las mencionadas, estuvo en los intermedios, en el café y en el almuerzo, donde se puede compartir, sin el apretado protocolo de una disertación, experiencias, conocimientos e impresiones de realidades latinoamericanas distantes y distintas, pero, a la vez, unidas por la inquietud de querer saber quiénes somos y adónde vamos.