Para los fujimoristas barra brava perturbar una reunión no es un acto violento
Patricia Vásquez sindicada por Carlos Raffo como integrante de las bases barra brava del fujimorismo declaró en Prensa Libre que pasaba cerca al lugar donde se conmemoraban cinco años de la entrega del Informe Final de la CVR y, según ella, que hizo legítimo uso de su derecho a manifestarse. Esta señorita pretende hacer creer a la opinión pública que una gavilla de espontáneos de pronto irrumpieron en la ceremonia para protestar contra la CVR. Es decir, que no hubo una acción deliberada para perturbar la ceremonia.
La verdad es que no deben extrañarnos la desfachatez y la insolencia con la cual los fujimoristas barra brava o moderados (¿los hay?) sostienen lo insostenible: cuando todas las evidencias apuntaban a que Montesinos poseía millonarias cuentas en el exterior, los fujimoristas cerraron filas por el ex asesor del SIN y desvirtuaron toda posible iniciativa para investigarlo; luego diseñaron la ley de amnistía para exculpar al Grupo Colina; después justificaron la huida de su líder porque su vida corría peligro; posteriormente, interpretaron la ley sobre la reelección de manera que la primera reelección en realidad no lo era y que esta comenzaba el 2000. En fin, siempre intentan dar la vuelta a la torta, pero esta vez no cuentan con todo el aparato estatal y mediático para estupidizar a la opinión pública como lo hicieron en los 90´s.
Fanatismo fujimorista
Patricia Vásquez dejó testimonio de su fe ciega en Fujimori, de su adhesión al radicalismo, de su mentalidad fanática y de su cercanía al entorno dirigencial del fujimorismo en el video que La República exhibió hace poco. También lo hizo, y ello nos complace, anoche en Prensa Libre donde mostró al desnudo el procedimiento al que recurren los que no tienen argumentos para refutar lo irrefutable: la violencia, el ataque artero, el insulto, la patraña y la victimización. Los fanáticos se caracterizan porque no conciben que en sus creencias pueda haber algún error, ni siquiera admiten la posibilidad de cuestionar sus ideas, es más, están preocupados por ganar adherentes y demostrar en cualquier circunstancia que poseen la verdad. La capacidad de autocrítica está ausente en ellos. De esto adolescen gran parte de los fujimoristas: el culto al líder, ese mesianismo tan extendido en los partidos que adoptan el nombre del líder como emblema de su ideología y que depositan en un sujeto la responsabilidad de guiarlos hacia la luz o la oscuridad. Entre esta devoción y la que sienten las sociedades tribales por sus guías espirituales no hay mayor diferencia: en ambos casos, los seguidores se sienten desposeídos, sus vidas carecen de sentido, fuera del líder nada existe. Suicidios, inmolaciones, autosacrificios bien valen la pena en tanto el líder se salve.
Lo sentimos, pero ahora no es tan fácil
Esta vez el plan les salió tan chueco que estoy seguro que Carlos Raffo y la cúpula fujimorista reconvinieron a la Vásquez para que se inmole en nombre del Chino: esta señorita asumió individualmente su accionar de la noche del 28 de agosto y se encargó de desvincular a Keiko y compañía de sus actos. De seguro los fujimoristas pensaron que podrían generar algún divisionismo en la opinión pública o cierto grado de adhesión a su causa (resaltar que el Chino derrotó al terrorismo y que la CVR miente). Sin embargo, nada de eso sucedió porque la polarización de la hablan los detractores de la CVR (Cipriani, Rafael Rey, Giampietri, Donayre, Antero Flórez-Aráoz y Carlos Raffo entre otros) es sobre todo mediática. La ciudadanía no está dividida en torno a la CVR simplemente porque la gran mayoría no lo ha leído. Salvo en ciertos ambientes académicos, la discusión no ha trascendido en la opinión pública en la dimensión que corresponde. Ese un problema a remediar en el mediano plazo.
No poseo elementos de juicios para invalidar las amenazas de muerte que dice estar recibiendo Patricia Vásquez, pero dado el contexto y la escasa o casi nula capacidad de autocrítica de esta señorita, dudo mucho que sean ciertas. Más parece una estrategia distractora para "ganar aire" mientras la dirigencia fujimorista evalúa como salir indemne de este vergonzoso ataque. Mención aparte merece su abogado; si en algo puedo darle la razón a Aldo Mariátegui es que ciertos abogados son capaces de diseñar un terno a un jorobado.
Lo sentimos señores fujimoristas barra brava o no, pero esta vez no es tan fácil intimidar o persuardir con medias verdades a la población. Piensen en otra estrategia más adecuada, o mejor, sigan en esta ruta porque así revelan la inepcia de sus propuestas y la miseria de lo que son capaces.
Patricia Vásquez sindicada por Carlos Raffo como integrante de las bases barra brava del fujimorismo declaró en Prensa Libre que pasaba cerca al lugar donde se conmemoraban cinco años de la entrega del Informe Final de la CVR y, según ella, que hizo legítimo uso de su derecho a manifestarse. Esta señorita pretende hacer creer a la opinión pública que una gavilla de espontáneos de pronto irrumpieron en la ceremonia para protestar contra la CVR. Es decir, que no hubo una acción deliberada para perturbar la ceremonia.
La verdad es que no deben extrañarnos la desfachatez y la insolencia con la cual los fujimoristas barra brava o moderados (¿los hay?) sostienen lo insostenible: cuando todas las evidencias apuntaban a que Montesinos poseía millonarias cuentas en el exterior, los fujimoristas cerraron filas por el ex asesor del SIN y desvirtuaron toda posible iniciativa para investigarlo; luego diseñaron la ley de amnistía para exculpar al Grupo Colina; después justificaron la huida de su líder porque su vida corría peligro; posteriormente, interpretaron la ley sobre la reelección de manera que la primera reelección en realidad no lo era y que esta comenzaba el 2000. En fin, siempre intentan dar la vuelta a la torta, pero esta vez no cuentan con todo el aparato estatal y mediático para estupidizar a la opinión pública como lo hicieron en los 90´s.
Fanatismo fujimorista
Patricia Vásquez dejó testimonio de su fe ciega en Fujimori, de su adhesión al radicalismo, de su mentalidad fanática y de su cercanía al entorno dirigencial del fujimorismo en el video que La República exhibió hace poco. También lo hizo, y ello nos complace, anoche en Prensa Libre donde mostró al desnudo el procedimiento al que recurren los que no tienen argumentos para refutar lo irrefutable: la violencia, el ataque artero, el insulto, la patraña y la victimización. Los fanáticos se caracterizan porque no conciben que en sus creencias pueda haber algún error, ni siquiera admiten la posibilidad de cuestionar sus ideas, es más, están preocupados por ganar adherentes y demostrar en cualquier circunstancia que poseen la verdad. La capacidad de autocrítica está ausente en ellos. De esto adolescen gran parte de los fujimoristas: el culto al líder, ese mesianismo tan extendido en los partidos que adoptan el nombre del líder como emblema de su ideología y que depositan en un sujeto la responsabilidad de guiarlos hacia la luz o la oscuridad. Entre esta devoción y la que sienten las sociedades tribales por sus guías espirituales no hay mayor diferencia: en ambos casos, los seguidores se sienten desposeídos, sus vidas carecen de sentido, fuera del líder nada existe. Suicidios, inmolaciones, autosacrificios bien valen la pena en tanto el líder se salve.
Lo sentimos, pero ahora no es tan fácil
Esta vez el plan les salió tan chueco que estoy seguro que Carlos Raffo y la cúpula fujimorista reconvinieron a la Vásquez para que se inmole en nombre del Chino: esta señorita asumió individualmente su accionar de la noche del 28 de agosto y se encargó de desvincular a Keiko y compañía de sus actos. De seguro los fujimoristas pensaron que podrían generar algún divisionismo en la opinión pública o cierto grado de adhesión a su causa (resaltar que el Chino derrotó al terrorismo y que la CVR miente). Sin embargo, nada de eso sucedió porque la polarización de la hablan los detractores de la CVR (Cipriani, Rafael Rey, Giampietri, Donayre, Antero Flórez-Aráoz y Carlos Raffo entre otros) es sobre todo mediática. La ciudadanía no está dividida en torno a la CVR simplemente porque la gran mayoría no lo ha leído. Salvo en ciertos ambientes académicos, la discusión no ha trascendido en la opinión pública en la dimensión que corresponde. Ese un problema a remediar en el mediano plazo.
No poseo elementos de juicios para invalidar las amenazas de muerte que dice estar recibiendo Patricia Vásquez, pero dado el contexto y la escasa o casi nula capacidad de autocrítica de esta señorita, dudo mucho que sean ciertas. Más parece una estrategia distractora para "ganar aire" mientras la dirigencia fujimorista evalúa como salir indemne de este vergonzoso ataque. Mención aparte merece su abogado; si en algo puedo darle la razón a Aldo Mariátegui es que ciertos abogados son capaces de diseñar un terno a un jorobado.
Lo sentimos señores fujimoristas barra brava o no, pero esta vez no es tan fácil intimidar o persuardir con medias verdades a la población. Piensen en otra estrategia más adecuada, o mejor, sigan en esta ruta porque así revelan la inepcia de sus propuestas y la miseria de lo que son capaces.
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