El curioso caso de un comentarista indignado
Hace un par de meses escribí un post sobre la columna de Andrés Bedoya Ugarteche en la cual manifestaba mi abierto desacuerdo con la forma en la que él y el director de Correo, Aldo Mariátegui, trataban ciertos temas de actualidad nacional. Grande fue mi sorpresa al encontrar un iracundo comentario firmado por Migomike en el que enfila toda su artillería pesada contra el creador de este blog. Debatir es un ejercicio sano al que nunca le rehúyo; es más, creo que muchos intelectuales han perdido arraigo en la opinión pública por ese extendido temor de ignorar a ciertos interlocutores que no valen la pena. No es mi caso: siempre que haya oportunidad, dejaré bien en clara mi postura porque mi proceder se basa en convicciones y en argumentos, no en cálculos ni en fugaces emociones. Ello no implica que si en algún momento cometiera un exceso, no lo rectifique en el acto, puesto que tener una convicción no es lo mismo que ser fanático o dogmático: estos últimos son incapaces de cuestionar sus propias creencias, difícilmente podrían admitir una postura adversa como válida o conceder una posibilidad de verdad en la otra orilla. No les interesa debatir, sino polemizar, en el sentido del griego pólemos, es decir, no llegar a acuerdo alguno sino en reducir al adversario hasta lograr su destrucción. Este es el caso de Migomike y su furibundo comentario a quien le respondo con cierta preocupación puesto que si él no entendió el propósito de aquel post, posiblemente en el futuro persista el malentendido.
En primer lugar, el referido comentarista menciona "Me parece aberrante la forma como el dueño de este blog o quien demonios haya escribido el comentario acerca de Andres Bedoya y Aldo Mariategui, escribe acerca de estos dos personajes sin siquiera haberle ganado a nadie. Si bien Andres Bedoya no es tan conocido, y es un personaje que escribe con "espuma en la boca" sus palabras no dejan de tener razon. Tu, si, tu el imbecil que escribio este blog no dejas de disparar comentarios a diestra y siniestra igualandote con estos dos personajes y criticando sin ir mas a fondo. Te quejas de que Bedoya critica sin saber, tu haces lo mismo.". Debió estar tan furioso que olvidó que al igual que no se escribe rompido ni abrido ni hacido tampoco se hace lo propio con "escribido"; pero es una cuestión de orden menor en la que no me detendré. Desconozco cuál es la medida con la que Migomike establece el éxito de una persona porque, simplemente, no explica ni argumenta. Tampoco comprendo de donde parte tanta indignación en contra de este blogger, ya que en ninguna línea del mencionado post sobre Andrés Bedoya he atacado su dignidad como ciudadano ni emitido calificativos sobre su persona. Me limité sencillamente a cuestionar y criticar frontalmente un tipo de periodismo que me parece deleznable. Si ud. amigo lector desea comprobar ello, basta con que lea la columna La Ortiga y saque sus propias conclusiones. ¿Podemos darle la razón a alguien que no pretender dialogar y hace de su posición de columnista una coartada para lanzar agravios de grueso calibre contra quienes no concuerdan con él. La diferencia entre la actitud de Andrés Bedoya y Aldo Mariátegui, y la mía es que yo no me regodeo en el placer de insultar a los demás ni en enorgullecerme en citar Wikipedia como argumento de autoridad -en el caso de Aldo-. Siempre me esfuerzo en apoyar mis ideas con argumentos, no con insultos o pinceladas efectistas. Basta leer el post para comprobar esto. Por el contrario, Migomike insulta sin ningún reparo tal vez confiando en que eliminaría su comentario. Por ello, rechazó su afirmación en la que me iguala con el director y el columnista de Correo. Más bien, su estilo se presta al del autor de La Ortiga.
Seguidamente, señala que critico sin saber, lo cual no entiendo. En el post sobre Andrés Bedoya cité fragmentos de su columna que por sí mismos evidencian la pobreza de información y conocimiento sobre los temas que intenta abordar. Nuevamente, los invito a revisar el post y la columna de Bedoya para que verifiquen esto. En todo caso, tampoco indica donde radica mi desconocimiento o algún aspecto puntual. En cambio, en varios pasajes del mi artículo, indiqué claramente cuales eran las falencias en los textos de Bedoya contrastando sus opiniones con las fuentes con la finalidad de esclarecer los malentendidos que existen sobre el liberalismo. Migomike interpretó esto de la peor manera: Y no pidas que la gente lea libros en los cuales tu te basas, porque lo unico que haces es demostrar tu falta de conocimiento en los temas ya mencionados y tu falta de "huevos" para debatir acerca de un tema pues te apoyas en autores que, ni creas Bedoya, yo y otros vamos a tomarnos la molestia de leer. Por lo menos a mi no me sirve y me importa un comino.
Esto sí que es para el recuerdo. Se me exige estar informado sobre un tema para tratarlo con propiedad pero a la vez manifiesta que por citar a otros autores carezco de valor para debatir. Es decir, apoyarse en una fuente autorizada es para Migomike una señal de debilidad en el debate. El comentarista confunde la rigurosidad en el debate con la falta de ideas propias para discutir. Cree que porque yo cito autores o textos pierdo originalidad y carezco de ideas propias. Siguiendo su lógica, cualquier ensayista solo se ampararía en sus propias creencias y exigiría credibilidad basado solamente en sus intuiciones o en su apreciación personal. La rigurosidad en la defensa de una postura no se limita solo al ámbito académico, ya que se trata de una necesidad mínima que se puede y debe exigir a dos sujetos que debaten. Que actualmente los gacetilleros tengan enormes lectorías y que los críticos especializados no, no implica necesariamente una mejoría. ¿Desde cuando la cantidad es criterio de verdad? Con el mismo argumento podríamos afirmar que Magaly la revista por el tiraje que vende es una mejor revista que Le Monde Diplomatique, Quehacer, Caretas o Semana Económica. Si Migomike no desea saber con exactitud las deficiencias en el pensamiento de Aldo y Andrés Bedoya respecto a ciertos temas, nada puedo hacer, pero al menos debería aceptar que si alguien trata sobre algún tema debe consultar la fuente y no repetirla erradamente. Él comete el error que me atribuye.
Observen a continuación lo que menciona Migomike: Por eso Aldo Mariategui critica tales actos y Bedoya lo hace pero a su estilo, el cual a ti no te gustara y en algunos casos a mi tampoco, pero le encanta a personas que simplemente YA ESTAN HARTAS DE TANTA IGNORANCIA Y TANTA CONCHUDEZ y te aseguro que esas personas que leen a Bedoya, a diferencia tuya blogcista mediocre, son personas de exito. Otra vez apela al reconocimiento que estos periodistas tienen en cierto sector de la opinión pública como criterio de validez. Lamentable razonamiento que también fue esgrimido por aquellos que justificaron los excesos de Laura Bozzo, Magaly, Jaime Bayly y los cómicos ambulantes. El éxito puede ser medido de muchas formas, pero personalmente no me preocupa que Letras del Sur tenga una avalancha de comentarios sino que quien lo lea, comentando o no, se lleve una imagen de claridad de mi parte. Siempre acepté la discrepancia enmarcada en un diálogo alturado, a lo que en ningún momento Migomike apela.
Para no aburrirlos más con el tema, agregó esto: No se si tratas de defender a la idea izquierda comunista en general, o solo a la de este pais. No me consta pues no me tome la molestia de leer toda tu palabreria y critica inutil que a ningun lado va a llegar. Si te he leido y encontrado en la web es porque trate de buscar informacion de Bedoya Ugarteche y saber mas de el. Es todo. SIgue haciendote higado con tus ideas equivocadas y mediocres y antes de decir algo, piensalo. Si alguien tiene que informarse primero es Migomike; nos va quedando más claro. Nunca hice espíritu de cuerpo con toda la izquierda. Eso lo mencioné en varias oportunidades, pero Migomike no lo leyó: ¿y así me exige que opine con conocimiento de causa cuando él no verifica la certeza de sus afirmaciones? Es legítimo el derecho de cualquier ciudadano el leer lo que le plazca, eso no se discute. No obstante, hay que ser coherentes y no endilgar a otros las deficiencias propias. En consecuencia, quien debe meditar con tranquilidad sus opiniones es Migomike quien insulta y pide a la vez que respete opiniones adversas; niega la validez de una fuente si leerla; y me atribuye falta de conocimiento sin demostrar su dominio sobre el tema.
El resto les pido que si tienen tiempo y desean leerlo lo revisen para que saquen sus propias conclusiones. Más allá de este infeliz comentario, quiero decir que nunca evadiré un debate en el que se contrasten ideas y argumentos. No puedo dejar de mencionar, seguramente para sorpresa de Migomike, que el artículo que lo indignó fue enviado a Andrés Bedoya, quien de vez en cuando visita Náufrago digital, un blog sobre cultura y política en el que el columnista de La Ortiga suele participar en buenos términos. Lo más paradójico se encuentra al final del comentario; al parecer en el paroxismo de su furia, Migomike no pensó bien lo que escribía: No critiques por criticar, pues estas quedando demasiado mal. Por mi parte, solo espero, estimados lectores, quedar bien con ustedes. Finalmente, más allá del contenido de este infeliz comentario, estoy convencido de que no se puede ser tolerante con los intolerantes.
Hace un par de meses escribí un post sobre la columna de Andrés Bedoya Ugarteche en la cual manifestaba mi abierto desacuerdo con la forma en la que él y el director de Correo, Aldo Mariátegui, trataban ciertos temas de actualidad nacional. Grande fue mi sorpresa al encontrar un iracundo comentario firmado por Migomike en el que enfila toda su artillería pesada contra el creador de este blog. Debatir es un ejercicio sano al que nunca le rehúyo; es más, creo que muchos intelectuales han perdido arraigo en la opinión pública por ese extendido temor de ignorar a ciertos interlocutores que no valen la pena. No es mi caso: siempre que haya oportunidad, dejaré bien en clara mi postura porque mi proceder se basa en convicciones y en argumentos, no en cálculos ni en fugaces emociones. Ello no implica que si en algún momento cometiera un exceso, no lo rectifique en el acto, puesto que tener una convicción no es lo mismo que ser fanático o dogmático: estos últimos son incapaces de cuestionar sus propias creencias, difícilmente podrían admitir una postura adversa como válida o conceder una posibilidad de verdad en la otra orilla. No les interesa debatir, sino polemizar, en el sentido del griego pólemos, es decir, no llegar a acuerdo alguno sino en reducir al adversario hasta lograr su destrucción. Este es el caso de Migomike y su furibundo comentario a quien le respondo con cierta preocupación puesto que si él no entendió el propósito de aquel post, posiblemente en el futuro persista el malentendido.
En primer lugar, el referido comentarista menciona "Me parece aberrante la forma como el dueño de este blog o quien demonios haya escribido el comentario acerca de Andres Bedoya y Aldo Mariategui, escribe acerca de estos dos personajes sin siquiera haberle ganado a nadie. Si bien Andres Bedoya no es tan conocido, y es un personaje que escribe con "espuma en la boca" sus palabras no dejan de tener razon. Tu, si, tu el imbecil que escribio este blog no dejas de disparar comentarios a diestra y siniestra igualandote con estos dos personajes y criticando sin ir mas a fondo. Te quejas de que Bedoya critica sin saber, tu haces lo mismo.". Debió estar tan furioso que olvidó que al igual que no se escribe rompido ni abrido ni hacido tampoco se hace lo propio con "escribido"; pero es una cuestión de orden menor en la que no me detendré. Desconozco cuál es la medida con la que Migomike establece el éxito de una persona porque, simplemente, no explica ni argumenta. Tampoco comprendo de donde parte tanta indignación en contra de este blogger, ya que en ninguna línea del mencionado post sobre Andrés Bedoya he atacado su dignidad como ciudadano ni emitido calificativos sobre su persona. Me limité sencillamente a cuestionar y criticar frontalmente un tipo de periodismo que me parece deleznable. Si ud. amigo lector desea comprobar ello, basta con que lea la columna La Ortiga y saque sus propias conclusiones. ¿Podemos darle la razón a alguien que no pretender dialogar y hace de su posición de columnista una coartada para lanzar agravios de grueso calibre contra quienes no concuerdan con él. La diferencia entre la actitud de Andrés Bedoya y Aldo Mariátegui, y la mía es que yo no me regodeo en el placer de insultar a los demás ni en enorgullecerme en citar Wikipedia como argumento de autoridad -en el caso de Aldo-. Siempre me esfuerzo en apoyar mis ideas con argumentos, no con insultos o pinceladas efectistas. Basta leer el post para comprobar esto. Por el contrario, Migomike insulta sin ningún reparo tal vez confiando en que eliminaría su comentario. Por ello, rechazó su afirmación en la que me iguala con el director y el columnista de Correo. Más bien, su estilo se presta al del autor de La Ortiga.
Seguidamente, señala que critico sin saber, lo cual no entiendo. En el post sobre Andrés Bedoya cité fragmentos de su columna que por sí mismos evidencian la pobreza de información y conocimiento sobre los temas que intenta abordar. Nuevamente, los invito a revisar el post y la columna de Bedoya para que verifiquen esto. En todo caso, tampoco indica donde radica mi desconocimiento o algún aspecto puntual. En cambio, en varios pasajes del mi artículo, indiqué claramente cuales eran las falencias en los textos de Bedoya contrastando sus opiniones con las fuentes con la finalidad de esclarecer los malentendidos que existen sobre el liberalismo. Migomike interpretó esto de la peor manera: Y no pidas que la gente lea libros en los cuales tu te basas, porque lo unico que haces es demostrar tu falta de conocimiento en los temas ya mencionados y tu falta de "huevos" para debatir acerca de un tema pues te apoyas en autores que, ni creas Bedoya, yo y otros vamos a tomarnos la molestia de leer. Por lo menos a mi no me sirve y me importa un comino.
Esto sí que es para el recuerdo. Se me exige estar informado sobre un tema para tratarlo con propiedad pero a la vez manifiesta que por citar a otros autores carezco de valor para debatir. Es decir, apoyarse en una fuente autorizada es para Migomike una señal de debilidad en el debate. El comentarista confunde la rigurosidad en el debate con la falta de ideas propias para discutir. Cree que porque yo cito autores o textos pierdo originalidad y carezco de ideas propias. Siguiendo su lógica, cualquier ensayista solo se ampararía en sus propias creencias y exigiría credibilidad basado solamente en sus intuiciones o en su apreciación personal. La rigurosidad en la defensa de una postura no se limita solo al ámbito académico, ya que se trata de una necesidad mínima que se puede y debe exigir a dos sujetos que debaten. Que actualmente los gacetilleros tengan enormes lectorías y que los críticos especializados no, no implica necesariamente una mejoría. ¿Desde cuando la cantidad es criterio de verdad? Con el mismo argumento podríamos afirmar que Magaly la revista por el tiraje que vende es una mejor revista que Le Monde Diplomatique, Quehacer, Caretas o Semana Económica. Si Migomike no desea saber con exactitud las deficiencias en el pensamiento de Aldo y Andrés Bedoya respecto a ciertos temas, nada puedo hacer, pero al menos debería aceptar que si alguien trata sobre algún tema debe consultar la fuente y no repetirla erradamente. Él comete el error que me atribuye.
Observen a continuación lo que menciona Migomike: Por eso Aldo Mariategui critica tales actos y Bedoya lo hace pero a su estilo, el cual a ti no te gustara y en algunos casos a mi tampoco, pero le encanta a personas que simplemente YA ESTAN HARTAS DE TANTA IGNORANCIA Y TANTA CONCHUDEZ y te aseguro que esas personas que leen a Bedoya, a diferencia tuya blogcista mediocre, son personas de exito. Otra vez apela al reconocimiento que estos periodistas tienen en cierto sector de la opinión pública como criterio de validez. Lamentable razonamiento que también fue esgrimido por aquellos que justificaron los excesos de Laura Bozzo, Magaly, Jaime Bayly y los cómicos ambulantes. El éxito puede ser medido de muchas formas, pero personalmente no me preocupa que Letras del Sur tenga una avalancha de comentarios sino que quien lo lea, comentando o no, se lleve una imagen de claridad de mi parte. Siempre acepté la discrepancia enmarcada en un diálogo alturado, a lo que en ningún momento Migomike apela.
Para no aburrirlos más con el tema, agregó esto: No se si tratas de defender a la idea izquierda comunista en general, o solo a la de este pais. No me consta pues no me tome la molestia de leer toda tu palabreria y critica inutil que a ningun lado va a llegar. Si te he leido y encontrado en la web es porque trate de buscar informacion de Bedoya Ugarteche y saber mas de el. Es todo. SIgue haciendote higado con tus ideas equivocadas y mediocres y antes de decir algo, piensalo. Si alguien tiene que informarse primero es Migomike; nos va quedando más claro. Nunca hice espíritu de cuerpo con toda la izquierda. Eso lo mencioné en varias oportunidades, pero Migomike no lo leyó: ¿y así me exige que opine con conocimiento de causa cuando él no verifica la certeza de sus afirmaciones? Es legítimo el derecho de cualquier ciudadano el leer lo que le plazca, eso no se discute. No obstante, hay que ser coherentes y no endilgar a otros las deficiencias propias. En consecuencia, quien debe meditar con tranquilidad sus opiniones es Migomike quien insulta y pide a la vez que respete opiniones adversas; niega la validez de una fuente si leerla; y me atribuye falta de conocimiento sin demostrar su dominio sobre el tema.
El resto les pido que si tienen tiempo y desean leerlo lo revisen para que saquen sus propias conclusiones. Más allá de este infeliz comentario, quiero decir que nunca evadiré un debate en el que se contrasten ideas y argumentos. No puedo dejar de mencionar, seguramente para sorpresa de Migomike, que el artículo que lo indignó fue enviado a Andrés Bedoya, quien de vez en cuando visita Náufrago digital, un blog sobre cultura y política en el que el columnista de La Ortiga suele participar en buenos términos. Lo más paradójico se encuentra al final del comentario; al parecer en el paroxismo de su furia, Migomike no pensó bien lo que escribía: No critiques por criticar, pues estas quedando demasiado mal. Por mi parte, solo espero, estimados lectores, quedar bien con ustedes. Finalmente, más allá del contenido de este infeliz comentario, estoy convencido de que no se puede ser tolerante con los intolerantes.
3 comentarios:
Arturo, no le des pie a esos comentarios enanos, no pierdas tu tiempo con gentuza
Henry
Tienes razon Henry pero me parece que no se trató de un simple espontaneo que intervino. De todos modos ya lo doy por terminado.
Arturo
No lo das port terminado al responder recibiste el regalo que se te dio, si lo ignorabas el regalo se quedaba con el otro, aceptaste que eres lo que se te dijo.
carlo
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