Al nivel de la ideología, todos parecen convencidos de que nada existe ni funciona que no sea el libre mercado. Obviamente, ante eso la izquierda no tiene posiciones que tomar, más allá del reformismo y de poner trabas al libre mercado. La lucha por esas trabas puede ser muy productiva, pero debe haber alguna sensación de que otras cosas son posibles, además del libre mercado neoliberal o como se quiera llamar.
Frederic Jameson, (Cleveland 1934)
A propósito del pensamiento crítico de la izquierda
A propósito del pensamiento crítico de la izquierda
RUBIO / SIPÁN
Henry César Rivas Sucari
henryrivas2001@yahoo.es
Abel Rubio Loayza, hace poesía desde que tiene uso de razón, crea versos a partir de lo cotidiano, las lecturas, las vicisitudes de la vida y de todo lo que le rodee. Pocos poetas en nuestra tierra tiene esa capacidad de orfebre de la palabra, de tenacidad hacia un trabajo que es por pocos leído y lo peor, reconocido. Pero para el poeta esas son cosas secundarias, esos son asuntos que no entorpecen la visión de su trabajo estético. Abel Rubio sigue trabajando hermosos libros como Estancias de los árboles, El sol enmudecido, El corazón del poeta, Rostro de poesía, entre otros. Ha sido antologado por críticos del Perú y el extranjero, pero el mejor homenaje que se puede hacer a un poeta que camina entre nosotros y que dicta desde hace años cátedra en la Escuela de Literatura de la UNSA es leer su poesía. Desde muestro humilde espacio rendimos un merecido reconocimiento a un gran POETA Y MAESTRO.
Los siguientes poemas pertenecen al libro RUBIO/ SIPÁN
SIPÁN
Señor, somos tu sed
Por esa lluvia que no llega
A fecundar tu reino;
Señor, somos tu hambre
Por ese mar inmenso
Que no llega a tocarte.
Somos tu sangre, señor,
Circulando en tu Huaca Rajada.
Y somos tu sueño
Que se convierte en pesadilla
De las manos que suelen profanarte.
Pero, señor, tú debes entendernos
Porque nuestra sed no es de agua
Ni de oro;
Nuestra sed, señor, es de estrellas
A las que tú un día encendiste.
TÚ HAS VUELTO
Todo nos dice que tú has vuelto
a rehacer tu reino.
Que tu viaje es un perpetuo devenir
porque contigo empieza todo.
Ardiente vino
nace de nuestra sangre:
es tu ebriedad, señor,
sin cuyo vuelo ya no seríamos
estos constructores
de imágenes.
VENIMOS DEL MAR
Venimos del mar
a retomar tu huella protozoaica
que en tu ceramio
- máscara humana –
nos devuelve a la vida
como un eco.
Desde la cálida playa nos presientes
como descendientes de Naylamp
construyendo el territorio de los moche.
Somos, oh padre,
aquellos que respiran,
que te vuelven a empañar los labios,
que no cesan de ser tú
detrás de esa máscara,
para que de nuevo inventes el lenguaje
sin el que nosotros ni nadie
- sólo por no hablar –
ya no seríamos.
HOMBRE NUEVO
Somos tus sucesores
y a la vez todo tu ancestro.
Provenimos de Chavín
y fuimos gran Chimú.
a trágico inca representamos,
y ahora mestizos liberados
por tu fuego
proseguimos el camino que es el tuyo,
pues por donde vamos
marcamos nuestras hullas con tu signo,
y de tanto ser tu barro
aspiramos a ser cuerpo celeste
para volver a ser otro hombre.
NUESTROS DIOSES
Sipán: Casa de la Luna,
con ventanas de ultramar,
llena de ciudades y huacas enterradas;
quien escarba en sus dominios
encuentra huacos,
metales preciosos,
inscripciones;
pero después es devorado
por el ¡ay! del Chaparrí.
En lo hondo de nuestra alma,
al filo del XXI,
nuestros dioses siguen siendo el sol,
el jaguar, el agua, el ciervo y la serpiente.
Y una callana tuya
es un pedazo de tu corazón.
Henry César Rivas Sucari
henryrivas2001@yahoo.es
Abel Rubio Loayza, hace poesía desde que tiene uso de razón, crea versos a partir de lo cotidiano, las lecturas, las vicisitudes de la vida y de todo lo que le rodee. Pocos poetas en nuestra tierra tiene esa capacidad de orfebre de la palabra, de tenacidad hacia un trabajo que es por pocos leído y lo peor, reconocido. Pero para el poeta esas son cosas secundarias, esos son asuntos que no entorpecen la visión de su trabajo estético. Abel Rubio sigue trabajando hermosos libros como Estancias de los árboles, El sol enmudecido, El corazón del poeta, Rostro de poesía, entre otros. Ha sido antologado por críticos del Perú y el extranjero, pero el mejor homenaje que se puede hacer a un poeta que camina entre nosotros y que dicta desde hace años cátedra en la Escuela de Literatura de la UNSA es leer su poesía. Desde muestro humilde espacio rendimos un merecido reconocimiento a un gran POETA Y MAESTRO.
Los siguientes poemas pertenecen al libro RUBIO/ SIPÁN
SIPÁN
Señor, somos tu sed
Por esa lluvia que no llega
A fecundar tu reino;
Señor, somos tu hambre
Por ese mar inmenso
Que no llega a tocarte.
Somos tu sangre, señor,
Circulando en tu Huaca Rajada.
Y somos tu sueño
Que se convierte en pesadilla
De las manos que suelen profanarte.
Pero, señor, tú debes entendernos
Porque nuestra sed no es de agua
Ni de oro;
Nuestra sed, señor, es de estrellas
A las que tú un día encendiste.
TÚ HAS VUELTO
Todo nos dice que tú has vuelto
a rehacer tu reino.
Que tu viaje es un perpetuo devenir
porque contigo empieza todo.
Ardiente vino
nace de nuestra sangre:
es tu ebriedad, señor,
sin cuyo vuelo ya no seríamos
estos constructores
de imágenes.
VENIMOS DEL MAR
Venimos del mar
a retomar tu huella protozoaica
que en tu ceramio
- máscara humana –
nos devuelve a la vida
como un eco.
Desde la cálida playa nos presientes
como descendientes de Naylamp
construyendo el territorio de los moche.
Somos, oh padre,
aquellos que respiran,
que te vuelven a empañar los labios,
que no cesan de ser tú
detrás de esa máscara,
para que de nuevo inventes el lenguaje
sin el que nosotros ni nadie
- sólo por no hablar –
ya no seríamos.
HOMBRE NUEVO
Somos tus sucesores
y a la vez todo tu ancestro.
Provenimos de Chavín
y fuimos gran Chimú.
a trágico inca representamos,
y ahora mestizos liberados
por tu fuego
proseguimos el camino que es el tuyo,
pues por donde vamos
marcamos nuestras hullas con tu signo,
y de tanto ser tu barro
aspiramos a ser cuerpo celeste
para volver a ser otro hombre.
NUESTROS DIOSES
Sipán: Casa de la Luna,
con ventanas de ultramar,
llena de ciudades y huacas enterradas;
quien escarba en sus dominios
encuentra huacos,
metales preciosos,
inscripciones;
pero después es devorado
por el ¡ay! del Chaparrí.
En lo hondo de nuestra alma,
al filo del XXI,
nuestros dioses siguen siendo el sol,
el jaguar, el agua, el ciervo y la serpiente.
Y una callana tuya
es un pedazo de tu corazón.
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