"Los poetas inmaduros imitan, los poetas maduros roban, los malos poetas desfiguran lo que toman, y los buenos poetas lo convierten en algo mejor, o al menos en algo diferente. El buen poeta integra su robo en un todo de sentimiento que es único, patentemente distinto de aquello de lo que fue arrancado; el mal poeta lo estampa en algo que no tiene cohesión. Un buen poeta tomará prestado generalmente de autores lejanos en el tiempo, o extranjeros en la lengua, o de intereses diversos".
Función de la poesía y función de la crítica (1933)
T.S. Eliot (Missouri, 1888 - Londres, 1965)
T.S. Eliot (Missouri, 1888 - Londres, 1965)
Carlos Arturo Caballero
La literatura escrita por mujeres ha sido, en las últimas décadas, objeto de investigación por parte de diversos enfoques teóricos. La historiografía y la crítica literaria contemporánea, en un afán de reivindicar los discursos marginales, ha colocado en lugar expectante a los textos producidos por mujeres mediante la producción y difusión de ensayos y antologías que pretenden mostrar una preocupación por explicar su función, situación y comprensión dentro de la cultura de masas.
A pesar de ello, subsisten todavía entronizados prejuicios sobre la escritura femenina, los cuales se manifiestan paradójicamente, a través de los mismos medios que la investigan. Antologías, cursos de notas y reseñas en diarios, inclusive cursos de pre y postgrado, incurren en omisiones y absurdas explicaciones para justificar un viejo hábito en algunos de nuestros críticos e investigadores: el ninguneo. No nos referimos al carácter inevitablemente limitado que puede tener un trabajo de investigación o una antología, sino al hecho de ignorar aquello que se produce fuera de nuestros límites, o peor aún, que estando muy cerca, se subvalora por consideraciones más personales que textuales.
Desde su primera publicación, la revista Náufrago ha brindado un espacio a todos aquellos que nos han hecho llegar su material ensayístico o de creación, lo cual no implica evitar la rigurosidad al momento de seleccionar los textos. Lo que no debe confundirse es la exigencia con el ninguneo, es decir, descartar de antemano un texto por mero prejuicio.
Terry Eagleton nos explica que “las diferencias de evaluación locales, subjetivas actúan dentro de una forma particular, socialmente estructurada de percibir el mundo” (Introducción a la teoría literaria, 1988:28). La institucionalidad literaria es una cuestión de poder y lugar de enunciación: define las prácticas y las valoraciones que los sujetos aplican a tales prácticas discursivas y la escritura femenina no escapa a ello. En este sentido, la siguiente entrevista cumple con el objetivo trazado por nuestra revista: generar discusión a partir del contacto con el texto, sin imponerles lecturas, sino generándolas.
A pesar de ello, subsisten todavía entronizados prejuicios sobre la escritura femenina, los cuales se manifiestan paradójicamente, a través de los mismos medios que la investigan. Antologías, cursos de notas y reseñas en diarios, inclusive cursos de pre y postgrado, incurren en omisiones y absurdas explicaciones para justificar un viejo hábito en algunos de nuestros críticos e investigadores: el ninguneo. No nos referimos al carácter inevitablemente limitado que puede tener un trabajo de investigación o una antología, sino al hecho de ignorar aquello que se produce fuera de nuestros límites, o peor aún, que estando muy cerca, se subvalora por consideraciones más personales que textuales.
Desde su primera publicación, la revista Náufrago ha brindado un espacio a todos aquellos que nos han hecho llegar su material ensayístico o de creación, lo cual no implica evitar la rigurosidad al momento de seleccionar los textos. Lo que no debe confundirse es la exigencia con el ninguneo, es decir, descartar de antemano un texto por mero prejuicio.
Terry Eagleton nos explica que “las diferencias de evaluación locales, subjetivas actúan dentro de una forma particular, socialmente estructurada de percibir el mundo” (Introducción a la teoría literaria, 1988:28). La institucionalidad literaria es una cuestión de poder y lugar de enunciación: define las prácticas y las valoraciones que los sujetos aplican a tales prácticas discursivas y la escritura femenina no escapa a ello. En este sentido, la siguiente entrevista cumple con el objetivo trazado por nuestra revista: generar discusión a partir del contacto con el texto, sin imponerles lecturas, sino generándolas.
Entrevista a Soledad Maldonado
H.R. En el Perú en el último decenio la literatura se ha visto comprometido con el discurso de la violencia ¿Qué le llevó a ud. a escribir este libro Testigo de cargo un caso de La Cantuta?
S.M. Bueno en realidad mi generación ha vivido esas circunstancias de la guerra interna en el Perú esa situación en muchas circunstancias fue asumida por los escritores de manera callada prefiriendo guardar silencio en la mayoría de los casos frente a los sucesos y frente al significado de los hechos que acaecían en nuestra patria. Pese a ello, hubo un grupo interesante de autores que tomó como temática para la creación poética o narrativa este tipo de situación. Yo como profesora universitaria realmente comprometida con mi quehacer docente, esa vinculación cotidiana con los estudiantes, no podía hacer o permitir que yo fuera una espectadora más de estos sucesos que tocaban tan de cerca a la universidad peruana; y por ello es que me informé en aquel entonces a través de periódicos revistas artículos en general fotografías y poco a poco fui madurando este trabajo de policía hasta escribir Testigo de cargo que tiene en esencia este problema del caso de La Cantuta referido a la muerte de los estudiantes de esta casa superior de estudios igual que el profesor. De tal suerte que este poema largo tiene en esencia en el fondo una información de base de carácter periodístico porque no es un poema que simplemente esté referido a los asuntos propiamente poéticos: está escrito en base a sucesos y a hechos concretos. Podemos nosotros leer los periódicos y revistas de la época y encontraremos que los aspectos que aparecen en Testigo de cargo forman parte de toda la investigación periodística de ese entonces. De tal manera que he conjugado información de carácter histórico con trabajo de carácter poético.
H.R: ¿Cómo ud. considera más o menos el feminismo en nuestra ciudad?
S.M. Yo quisiera decir que las escritoras arequipeñas no nos consideramos feministas, por lo menos yo personalmente no soy feminista. Yo diría que nosotros hacemos literatura, pero una literatura escrita por mujeres…
H.R: El término feminismo es plurisemántico, por ejemplo, para Virginia Woolf significaba algo mucho más radical; para Luce Irigararay, para Cixous o para Simón de Beauvoir tenía un sentido más comprometido con la sociedad. Simon de Beauvoir pensaba en El segundo sexo que primero vendría el socialismo y después con ello se arreglaría el problema de la marginación de la mujer; pero luego se da cuenta que no es así: que la lucha por los derechos de la mujer no puede esperar a que venga el socialismo, sino que debe tener su propio camino. Y eso ocurre en nuestra propia ciudad, el ninguneo como postura de algunos críticos que ni siquiera miran el otro discurso solamente porque, como es del otro género, antes de leerlo ya tienen un prejuicio. El Centro de Escritoras de Arequipa, para mí, es una especie de feminismo con ese segundo significado: no negar la poesía masculina, simplemente, que queden demostradas las manifestaciones literarias hechas por mujeres.
SM. Siempre que hablamos de nuestra poesía o de nuestra literatura recordamos mucho a Antonio Cornejo Polar que nos decía que en un país como el nuestro multicultural y plurilingüe existían necesariamente diferentes discursos y uno de ellos está constituido por todo el trabajo literario, social, artístico que hace la mujer de nuestros días, en ese sentido reitero que nosotros no nos sentimos enemigas ni la cara opuesta de la creación artística, literaria en general, hecha por varones. Lo que sí creemos es que nosotras con mucho esfuerzo y voluntad nos hemos abierto nuestro propio camino porque hemos sufrido la discriminación, bajo el criterio de que lo que escribimos las mujeres carece de valores literarios, y por lo tanto, no se debe considerar dentro del campo de la literatura en general. Nuestras reuniones han tenido esa necesidad: buscar un espacio donde nosotras podamos trabajar y dar a conocer lo que hacemos sin tener que enfrentarnos a nadie. Esa es nuestra política de nosotras como escritoras surperuanas.
A.C: ¿Qué labor viene realizando el centro de escritoras para revertir esa situación?
S.M. En principio yo quisiera decirles que no estoy hablando como presidenta del Centro de Escritoras ni como miembro del Centro de Escritoras sino como poeta, porque además del Centro de Escritoras han surgido una serie de grupos de literatura que congregan a mujeres. En este momento represento a la Casa del Poeta Peruano filial Arequipa y además soy coordinadora cultural del centro de idiomas del la Universidad Nacional de San Agustín. Desde mi campo de trabajo, en este momento cumplo con una programación cultural sostenida, presentaciones de libros, recitales de poesía y conferencias sobre escritores.
W.A. Frente a la situación de la poesía femenina en Arequipa ¿Qué críticas le podría dar ud. a esa producción que en el fondo es muy profunda y muy fuerte en el ámbito local?
Lamentablemente hay un centralismo cultural en el Perú y eso hace que el trabajo de los escritores provincianos no se conozca en Lima y se le discrimine. No solo no se menciona a los escritores, sino que además no se les lee no se conoce, deberían darse una vuelta por Arequipa claro que uds. Están acá porque ustedes son estudiosos de la literatura peruana pero ademas son de Arequipa y su presencia resulta realmente estimulante pero en general los que hacen las antologías exposiciones de libros nos encontramos huérfanos de sin embargo nosotros en el sur del Perú poco necesitamos de Lima porque aquí tenemos una rica y abundante actividad cultural encuentros poéticos abundan. En Arequipa ha nacido un encuentro internacional sobre literatura escrita por mujeres: el encuentro María Nieves y Bustamante. De ahí se fue Chile, Argentina Uruguay, Puerto Rico, España y este año que viene será en Venezuela. Creo que muy pocas entidades nacionales han hecho algo semejante a lo que nosotras hemos hecho en el sur del Perú.
(Entrevista realizada en la Unidad de Postgrado de la Universidad Nacional de San Agustín por Henry Rivas, Arturo Caballero y Waldis Ayamamani).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario